Como todos sabéis, este viaje comenzó en Septiembre. El día que perdimos a nuestra Xarit, a nuestra amiga, ese mismo día ganamos una familia y dibujamos un objetivo: construir para la comunidad de Gandiol un espacio libre para su desarrollo.

Nos pusimos manos a la obra: formar la asociación, crear una página web, transformar en un vídeo nuestro sueño para poder haceros parte de él, las redes sociales, los planos, el calendario de trabajo… Muchos pequeños pasos para comenzar a recorrer este largo camino en el que ahora todos nos acompañáis. No ha sido fácil, pero nadie nos dijo que lo fuera a ser. Y si algo tenemos claro, es que lo que importa es disfrutar de cada paso, de cada momento, y en tan sólo unos meses ya hemos aprendido más de lo que podríamos imaginar.

Gracias a todo/as vosotros/as, el día 29 de Mayo parte del equipo puso rumbo a Senegal para hacer realidad todo aquello que llevábamos meses ideando. Aterrizamos en Dakar y no pudimos tener una mejor bienvenida: Djiby, Trinky, Miky, Pauline, Ana y muchos otros nos esperaban para acogernos, y desde el primer momento no hemos hecho más que sentirnos como en casa.

llegada a gandiol
como llegar a gandiol

Pasamos 3 días en Dakar antes de dirigirnos a Gandiol, donde pasaremos los próximos 3 meses trabajando en el Centro. ¨Nanga Def¨, ¨Mangui si diam¨. Todo el mundo nos saluda y nos pregunta cómo estamos, no hay forma de no aprender wolof. El olor a mar y a pescado, los colores, el sonido de los pájaros, el bullicio del mercado… En poco tiempo ya teníamos ganas de permanecer allí, observando el movimiento, descubriendo otro ritmo de vida, como nos decía nuestra Xarit.

Salimos hacia Gandiol un jueves por la mañana. 5 horas de taxi hacia el norte, que no te permiten cerrar los ojos ni un segundo por miedo a perderte alguna sorpresa por el camino. Al llegar, el resto de la familia nos esperaba para compartir mesa y experiencias: Mamadou, Laura y su preciosa bebé Xadi, Pablo e Irene, un equipo aventurero que se ha instalado en Gandiol desde hace unos meses, y todos los demás: Assane, Mariem, Pape, Seck… Imposible nombrarlos a todos, pero todos miembros de una misma familia que disfruta compartiendo cada día.

Gandiol

Llegamos con ganas de trabajar. Desde el primer día ya queríamos ver camiones de arena y bloques de adobe deambulando por el terreno… Pero nank nank (paso a paso), ¡teníamos que comenzar por ver el principio! Así que nos dirigimos al terreno, situado a tan sólo 4 minutos a pie de la casa de Laura y Mamadou, sunu keur, nuestra casa. Las arquitectas comenzaron con las dimensiones y lo siguiente fue medir el desnivel. Hoy en día sabemos que la ciencia ha avanzado, pero aquí ¨preferimos¨ hacerlo todo con nuestras manos. Así que, con la ayuda de Pablo, cogimos una manguera, la llenamos de agua, dos palos, un metro y ¡voila! La ciencia habla y el agua se pone a nivel, así que, midiendo la distancia entre el nivel del agua y el suelo a cada lado de la manguera, todo solucionado: las arquitectas ya tenían nuevos datos para introducir en el CAD y adaptar los planos.

Lo siguiente es limpiar el terreno y nivelarlo, para luego poder compactar la arena y comenzar a cimentar. El martes comenzó el Ramadán, y a pesar de que nuestra mente occidental nos lleva las manos a la cabeza, aquí siguen trabajando. Puede que, a otro ritmo, pero sin descanso. Así que ya ha comenzado la limpieza del terreno y mientras tanto estamos buscando el resto de materiales

pruebas de medición del terreno

A pesar de que la construcción con adobe (tierra) es una técnica tradicional usada desde siempre en todos los rincones del planeta, ésta se ha visto abandonada por el hormigón, que requiere menos mantenimiento, pero es muy poco amigable con el medio ambiente y tiene unas propiedades aislantes más pobres. Así que, aunque no sea tan sencillo hacernos con él, estamos decididos a construir el Centro con adobe, y ya estamos trabajando en ello. Gracias al panadero del pueblo, cuyo horno está construido en adobe, sabemos que en Rosso, una ciudad del interior fronteriza con Mauritania, hay arcilla y un señor que fabrica los adobes. Tenemos en mente traer arcilla para construir los bloques nosotros mismos: ¡sólo hace falta arcilla, arena, paja (o caca de vaca), agua, y al barro! No parece complicado… Así que ya os iremos informando…

¡Un abrazo desde Gandiol y hasta pronto! Yendo ak diam! (¡Buen día!)